18 noviembre, 2009

juegos de venganza

Los obsesivos inventan agravios y se pintan protagonistas de toda historia.
Mentira que eso así sea.
Los mentirosos son incongruentes: dicen me voy y aquí siguen.
¿qué esperas para irte?

Si eso querías eso hubieras dicho.
¿tardado no? ¿quién ganó? ¿quien lo supo antes, o el que lo dijo después?

Culpables. No fui yo sino tú, dirás lo mismo.
Estoy llena de fastidio, de incomprensión, de coraje.
No me pesa, no, alejarte.

Vete, vete tan lejos, tanto que no pueda ya nombrarte,
ni te extraño ni te necesito,
ni te entiendo, hablamos otro lenguaje.

Suicídate, muere, ya no parles.
No me llames, no me busques ni me pidas recordarte.
No eres nadie ni estuviste aquí en mi vida.
No nos conocimos nunca ni hablamos de las oleadas.

Moriste un día de abril, antes, antes de enamorarte
Deja de mentir, ya ves que nadie cree nada,
deja de fingir, de hablar, de mostrar todas esas manchas.

Te duele que no te busque, que te juzgue, que sea franca,
te duele no poder manipular mi mirada, te duele que no te acepte, porque a mi nada me engañas.
Te duele porque no puedes conquistar una montaña.

Lo único que queda nuestro son las huellas: los escritos que pueblan estas moradas.

Morirás. Morirás y si acaso existes será para generar la competencia malsana.

Por tus letras juzgaré, y conoceré la trampa.

Ahora di, quién crees que gana?

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