09 agosto, 2010

Este es el cuaderno de notas de la loca, de la dispersa. Mujer sabor a chocolate con dolor de cabeza. Mujer cara de caballo con dientes apretados, de hombros tensos si piensa.
Es un mapa de viaje, una bitácora de búsqueda, un retrato cubista con colores diversos.
Se habla de todo y de sí, con más tensión que esmero, casi sin pensarlo porque para decir la verdad no hay que pensarlo mucho.
No hay cronología, es un orden suelto. Se habla de amor como de fruta: como piña agridulce, nanche, guaya, mango o ají.
Amores dulces? He tenido pocos. Los menos y más cortos. Mentira! quién, además del novio de la primaria fue dulce? Si hasta él me dolió porque se me ocurrió ponerle el cuerno. Fiel siempre he sido...menos cuando el sexo era malo. El sexo es fundamental y los besos lo anuncian. A un buen beso, buen sexo. Pero el sexo no es amor ni el sexo lo sostiene. El sexo es bueno, entretenido, grato, divertido y hasta lindo, pero no basta. De sexo no vive el hombre (aunque es necesario para vivir.)
El amor? Cosa complicada. Extraña. Indescifrable. Inesperada.
bi-tri-prismacolor.
Amar. 1 de tantas. ¿Acabó o aún hay resaca? Siempre tal vez queda una poca

Historia de un hombre que soñaba

I. Letargo del ausente

El viento corría como fantasma gimiendo, igual que si fuera un enfermo. Repentinos sonidos llegaban de lo lejos, del fondo de los muebles y los aposentos.
Las cosas crujían con su olor a viejo, olor a cabello chamuscado.
Dolor repentino. Ataque de tos, en aumento.
La necesidad de volverse loco y gritar, llorarlo todo en vueltas, en dolorosos golpes.
Su corazón palpitante, mandíbula apretada.
-El silencio me aparta de la tristeza que siento. Deseo...de llorar, de estar Vivo-
-Espera. Vente conmigo-
-Mi espera: demolida por la expectativa.-
Suerte de ser palabras que no hacen ruido.
-Me duele el tiempo en los hombros.
Hay tanto que no he dicho que estoy ronco.
El profundo mar me arrastra, me revuelca, me envenena, me calla la boca-

II Deseo de presente (sueño en el letargo)

-Te quiero ahí donde ninguno está.
Donde la sombra es calma,
donde la tierra sabe a calor y a leche, donde el viento despeina mis complejos desnudándome.
En el tapanco me exilio para pensar en ti.
Encima de un árbol me recuesto.
La tierra me calienta y sé que respira el mar cuando enamoras. Van y vienen tus aguas si es que besas. Te mojas de rocío enfebrecido.
Nadamos juntos en el mar de tu sexo, a las dos, a las diez, a las 5:50.
Se hace agua el amor. Llega el verano, cambia de color su ardor candente: se apena en rosa, quiere en lila, cela en naranja, de blanco amanece.
La canícula de agosto no es tan seca, finalmente.

Una más de una de tantas

Pensaba demasiadas cosas de sí misma, entre ellas que deseaba enamorarse, que la amaran y que sufrieran por ella. Siempre había querido tener un amor pasional, aunque en el fondo sabía que le serviría para hacerse propaganda, divertirse con su morbo y tirarlo a la basura. El fanatismo le aburría.
Prefería llamarse flexible a medianera.
Su curiosidad era excesiva. Lo que sacaba la mayor parte de las veces era saber que no debía meter las narices...El caso es que en el fondo le interesaba poder mirar y decir sin fingimientos.. Que la quisieran como era. ¡Pos Total!
Sin embargo tenía miedo. Ya había amado, con todo lo que era...¡y le dolió! Las cosas no son eternas y dar todo lo que tienes, jugárla con todo (lo que eres) es un juego muy riesgoso. ¡No regresas vivo! -mutilado- Y luego ¿qué pasa? -¿vivo como desmembrada, recosida?-
La vida es la vida y se juega en serio. El Arte también. El pellejo. La papa. A la mitad:¡nada!
Sabía muy bien que si no tenía lo que quería era porque estaba jugándole al pendejo, entreteniéndose con medianeros poco trascendentales.
Por eso inventaba ficciones, cuentos eróticos, cartas-maldiciones. -La ficción permite evadirse, recrearse- decía.
Pero ya era hora de jugar en serio, de asumir, de decidirse, así que cerró el cuaderno y se tiró por la ventana.
Antes, por supuesto, rompió todas las cartas que le escribieron los amantes que no tuvo.

Sonoridades

Me late el corazón de beber mate.
Me bate la idea de mantenerte en mente.
Me asusta la sensación de conmoverme.
Sólo me tranquiliza tomar-thé.

Pero si el thé se acaba,
y el Tú me viene,
el Yo me entretiene
y la culpa palpa:
¿dónde quedá mi sazón?
desazón...todo es desazón.

Pónganme un danzón para bailarlo sola
porque sola sanaré
saltando al ritmo del son.

Queja de última retirada

No eres tú.
Es haberte amado y fallecido.
Romper la fantasía del encuentro.
No es que no siga sin ti,
es que me duele tener que emprender la retirada, dejando mis víveres, mis cartas, mis placeres atrás de mí.
Me duele saber que la guerra es el amor,
que alguien muere en el intento.

08 agosto, 2010

Una más de Fulana

Fulana es a todas luces un misterio.
Tiene algo así como una necesidad de desaparecer, de rebelarse para poseer su vida de nuevo.
Admira a la gente que es tan segura de sí misma, tanto que se atreve a clasificar la realidad sin la menor impudicia. -¡Eso es tener carácter!-dice. (Aunque tener carácter no sea lo mismo que tener razón.)
Ella no quiere tener razón. Le gusta ser un caballo desbocado al que la vida ponga en su lugar. Entonces es un caballo sensible pero feliz. Se alegra de aprender, de vivir. Para Fulana la vida es intensidad, riesgo, caídas que pueda contar...

in crescendo

A veces soy sólo palabras
o besos,
impulsos de madre.

A veces amo, respiro,
me río,
a veces te quiero...

Más:
Te deseo,
te ansío.

Me has metido no sé qué en el pecho.
Me has dado, rellenado.
Me tienes de algún modo ligada a tus bocetos
(siluetas de tu cuerpo.)

No hace falta decirlo, ya lo sabes:
-me tienes, me posees
¡revélame la causa!-

Vuélveme loca,
quita la cordura de la angustia:
"Dilátame, explota"

Me vuelvo un animal que se desboca.
Lluvia de humedad blanquecina y dorada.
Muerte sin fin, eternizada.
Fantasía delicada.
Goce. Fragilidad. Espasmo.

Háblame con tus labios que no hablan,
que se muevan autónomos, indecentes.
Frícame las ganas,
moja la lluvia de tu mirada.

Calla, que escriba yo la historia en un cuarto silencio
Vuelve...
Cada vez a mi vuelve.

04 agosto, 2010

Delirio en azul.

Francamente no quisiera irme
quiero quedarme a colorear las paredes de flores
y romances,

aunque si me voy
tal vez te alcance en la noche que observa silenciosa,
que escucha curioseando las ventanas amantes...

Mientras todos duermen puede que vengas Sigilo
y me abraces con tu cintura tibia,
-que calienten mis pies tus columnas de cobre,
que dibujen mi cuerpo tus dedos que me tocan.-

Tal vez si me sumerjo en las olas de sábana azul
vengan los siete mares a llevarme a tu playa.
Si las algas tejen redes para transportarme
los caballitos tiran
orientados por megáfonos de caracol con tu voz.

Yo solo pido hallarte
a medio sueño, húmedo y silencio,
con manos de molusco en arena del caribe.

No, tal vez no sea así.
Pero es de noche y estás tú.
Me calienta tu mano, tu aliento, tu cintura.
Me alcanzas o te alcanzo. No importa. Vamos juntos.

Mientras todos duermen y la noche
cuida las espaldas de los vagabundos
que salen al alba respirando el
(hoy tan escondido) humo de ciudad.