09 agosto, 2010

Una más de una de tantas

Pensaba demasiadas cosas de sí misma, entre ellas que deseaba enamorarse, que la amaran y que sufrieran por ella. Siempre había querido tener un amor pasional, aunque en el fondo sabía que le serviría para hacerse propaganda, divertirse con su morbo y tirarlo a la basura. El fanatismo le aburría.
Prefería llamarse flexible a medianera.
Su curiosidad era excesiva. Lo que sacaba la mayor parte de las veces era saber que no debía meter las narices...El caso es que en el fondo le interesaba poder mirar y decir sin fingimientos.. Que la quisieran como era. ¡Pos Total!
Sin embargo tenía miedo. Ya había amado, con todo lo que era...¡y le dolió! Las cosas no son eternas y dar todo lo que tienes, jugárla con todo (lo que eres) es un juego muy riesgoso. ¡No regresas vivo! -mutilado- Y luego ¿qué pasa? -¿vivo como desmembrada, recosida?-
La vida es la vida y se juega en serio. El Arte también. El pellejo. La papa. A la mitad:¡nada!
Sabía muy bien que si no tenía lo que quería era porque estaba jugándole al pendejo, entreteniéndose con medianeros poco trascendentales.
Por eso inventaba ficciones, cuentos eróticos, cartas-maldiciones. -La ficción permite evadirse, recrearse- decía.
Pero ya era hora de jugar en serio, de asumir, de decidirse, así que cerró el cuaderno y se tiró por la ventana.
Antes, por supuesto, rompió todas las cartas que le escribieron los amantes que no tuvo.

1 comentario:

Mortajazario dijo...

Esta es. Así se es. Así, sencillo, se juega, se compone, se crea. Se pone verbo. Arroja. Ama. Sueña. Desea. Abre. Se "conjuega" en el valor... La niña. Camina.