27 julio, 2009

Tratamiento Integral

Besarte el vientre poco a poco hasta sanarte las heridas.
Recoger los pedazos
Unir los puntos.
Reconstruirte.
Renombrarte.
Reinyectarte la vida.
Extraer derrotas y frustraciones.
Laxarse de abandonos, de falsas esperanzas,
del hastío.
Hacer injertos de curiosidad.
Tomografías del ayer,
pronósticos sobre mañana.
Contagiarte de anhelos;
producirte una urticaria emocionante.
Salivar sobre deseos renovados.
Lagrimear frente al antiguo yo.
Restablecer las ilusiones.
Oxigenar las alegrías.
Hacer ayuno de juicios, de mandatos.
Reemplazar con una dieta a base de besos
y uno que otro abrazo ocasional.
No escatimar en verdades
pero mezclar éstas con gotas de benevolencia.
Monitorear día a días los motivos.
Darte aliento de vida.
Enfermarme un poquito de muerte.
Apostarle a que mis palabras que no se oyen,
sí se entienden.
Hacer un canto de alegría,
una elegía,
una alabanza.
Tenerte en mente.
Tender tu alma.
Residir con ella en casa.
Degustarte mientras camino descalza.
Subir las escaleras y pensar en ti.
Cruzar la calle y pensar en ti.
Ir a la tienda y pensar en ti.
Voltear. Sentarme.
Recordarte…
Dibujarte.
Pausar el escrito para bañarme.
Continuar y seguir pensando en ti.
Terminar el poema.
Porque ¡Ya es suficiente!
Porque ¡No Basta!
Y para que sigas en Paz.
Porque ya no sé que más decir,
y ya no puedo decir nada…
Seguirlo escribiendo.
Por confrontar a la Muerte y a la vida
que se dan la espalda
y luego se acuestan.
Por temer con sentido.
Productivamente.
Del modo creativo.
Por no esperar en vano.
Por sacar lo que siento.
Por invocar a alguien.
Por entender algo.
Por registrar testimonio.
Porque sirva para algo.
Para intentar comprenderte.
Para dar lo único que puedo dar,
o lo mejor,
o lo más alto,
lo más humilde.
Pues porque soy Ser Humano.
Pero sobre todo:
porque habrá que mojar tus labios
con jugo de inquietud.
Tocar tus manos cálidas,
tus pies suavísimos.
Besarte,
Besarte…
Aunque ya no pueda,
aunque no sirva (¡porque SIRVE!)
Porque uno se aferrra a la idea,
Porque no “Hay que estar tranquilo”
Porque “Por algo es”
Porque “Dios sabe”…
Porque Te quiero
(Y quiero que me escuches)
Porque esto es un REGALO
Y porque ¡ya Basta
de tanto llanto sin fruto!
(porque TE AMO)
y porque tú decidas…

Amar:

Se parece a la palabra Mamá
y ésta, a la palabra Memo.
Memo se parece a Muerte
y por tanto, a Melancolía.
La melancolía duele.
Pero el dolor pasa,
como pasa el tiempo.
El tiempo no se detiene.
Se va sin prisa,
a ritmo propio;
pero a veces camina
más rápido que
nosotros.
Nosotros deambulamos,
llegamos, nos detenemos,
volvemos la mirada.
Y mirar es recuerdo, anhelo, alegría.
Y los soles son santos y sueños.
Y sin sueños: hay sombras,
miedo, desdicha…
Pero estamos en el parque de los inciertos,
con motivos y dudas
de nuestro propio anhelo.
Y como quiera: estamos.
Escribimos la historia a tinta de sendero,
con clima de añoranza,
de la existencia incierta.
Y somos esta duda.
Nos echa a andar como escribas,
buscadores de secretos.

Deseo

Que a los días les vuelva el color,
o las horas o las risas.
El sentido…
o el tiempo para entenderlo.

Que la amistad sea familia
y el amor no sea una trampa.

Que en un respiro la vida
signifique los instantes
porque no hay más
que segundos que transportan los motivos.

Que la alegría aparezca en nuevos rostros,
que haya luz, sonrisas, agua…

19 julio, 2009

Reconstruyo...

Siempre regreso un poco más delgada
y un poco más sombría.

Será que consumo mi energía
al besarte las entrañas…
que regreso con un hilo en la cintura que me ata.

Adelgazo mientras tiras
para que vuelva y te absuelva.
Merezco de tu mirada.
-Súplica, de no marcharme-

Amo amarte en el recuerdo,
en el deseo de tu ausencia
en el velo de la noche…

-Tu sed de besos con sal:
mi sensación hidratante.-

A Jovel...

Verte los ojos como fuentes,
la nariz gorgoteante…
Traes la boca hecha un idilio
y la espalda tan marcada como res…

Descubres Hoy
cuán cerca están
miel y hiel.

Tengo que decirte que
suicidas somos,
salvajes seres heridos
que se orillan a caer.

Como acto de amor:
el sacrificio.

-En medio del precipicio
se dibujan un trapecio
y luego tienen miedo de volver.-

Pero dime quién no desea abrirse el pecho
y sacarse el corazón.
Aunque no haya quién lo tome.
(si lo toma) lo conserve.

Aunque no tengamos ya con qué latir,
con qué medirnos los días
mas que la ausencia y la trampa.

No lamentes si otros soles iluminan tu mirada,
otros ciclos, otros días…
que en todos tendrás cabida.

-Que la tinta sea la pluma
que te dibuje las alas-

Y sea yo quien te acompañe
si otra vez llega a hacer falta.

Rastros

-Que la tinta sea la pluma
que me dibuje las alas-

Versos para no entender:
monosilábicos, tri
cuatri, ra, tan-tán.

Retratos del in-consciente
que fluyen así nomás,
sin cerciorarse de que la pregunta que dedicas
tiene respuesta en la calma de la tinta.

En tus labios me convierto
cuando respondo al misterio.
-¿Por qué no te llamo y digo
que vale la pena el sueño?-

Asumo pues...

Que pienso en ti
cierto es.

Más por hábito
que por anhelo;
que salta curiosidad
y emerge coquetería.

Es que el que poco tiene
pues poco puede perder,
y acá entre nos
eso pasa.

De tus besos a tu voz
voy a tu voz que conversa.
De tus pasos a tus cantos,
me gusta más la enseñanza.
...
No es justo pedir sin dar,
pero tampoco hallo el chiste
a una causa individual.

Más de Fulana

Analizaba su propia geografía, como quien detecta el tiempo o define la estrategia militar, como quien dibuja un mapa o esgrime el bisturí.

No había historia que no la involucrara pues escribir era contarse a sí misma las causas de los conflictos.

Se escuchaba como aquel que oye un cuento: sin deber ser, sin juicios ni mandatos…

¡Había tantas cosas que decirse! Y es que Fulana tenía mucho que aprender:

-¿Cómo ser una cabeza con mucho corazón?-
-¿Como saber qué es lo importante de la creación?- (la suya propia.)

No tenía idea de dónde comenzar, y a decir verdad, tampoco le gustaba tener ideas. Prefería pensarse como un monito que se mueve en un papel decorado por crayolas.

04 mayo, 2009

La vieja

La vieja había sido siempre muy sensible, y si algo podía vulnerar a Ella, era su vieja.
Había entrado en la edad en que uno disimula lo que siente frente a sus padres, todo con tal de no preocuparlos. Como si los viejos pudieran no preocuparse.

-Es la ley de la vida: ellos nos cuidan y luego nos dan lata- decía.

En realidad quería mucho a la vieja y aunque no le gustaba aceptarlo, casi siempre terminaba dándole la razón.

Le gustaba que la vieja viniera a verla porque platicaban mucho, aunque a veces detenía lo interesante de las conversaciones para evitar que su madre se deprimiera. Era fácil alegrarla, sólo había que decir –cuéntame lo de ayer- y eso daba pie a que hablara varias horas y sacara con palabras lo que le había hecho daño.

Disfrutaba a su mamá, las dos se consentían con un compartido sentido del deber. Era el único deber que no pesaba. Tal vez así se perdonaban ser tan profesionales en sus asuntos y dejarse plantadas en los cumpleaños.

Declaración

No era la primera vez que se daba esa discusión.
Y cansada como estaba de escucharlo, respondió en tono burlón:

-Perdóneme señor que no me conecto con Usted,
que soy un ser independiente con sus propios ánimos y sus propios vuelos…
Soy materia del viento y dejo que me lleve.
Me siento libre.

Él, pensó:
-Libre hace la voluntad.
El viento sólo te lleva, y cuál hoja inanimada
vas.


Pero no importó, porque Ella ya había hecho su manifiesto.

03 mayo, 2009

Fulanita

Este es el diario de Fulana. Porque Fulana tiene un diario. -Los diarios sirven para decirse cosas importantes, olvidarlas y volver a ellos cuando se necesita.-
El cuaderno se lo regalò Mengana. -¿La mengana tiene un diario?- La conoce tan poco que se lo pregunta...
La fulana puede dudar pero rara vez se equivoca, eso la vuelve un poco presumida pues llega a creer que su intuiciòn es infalible.
Fulana escribe porque no tiene privacidad, de modo que no puede gritar a los cuatro vientos lo que le gustarìa decir. Es bastante celosa de su persona y de su espacio, y a veces hasta de lo que no es suyo...
Mengana dice que no tiene què hacer, y si tiene lo evade puesto que no le interesa. "No quiero" "Yo lo hago" y "Ya lo sè" son sus frases favoritas.
En realidad si la Fulana se entretiene en estas cosas es porque no tiene muchos amigos y acà entre nos, lo que le gusta es inventar historias para decirse quièn es, pues se pinta como otra.
Casi nadie la entiende, apenas uno, dos o tres.
Una vez se enamorò del Uno. -¡Hìjole, el Uno..!- Fue hace mucho ya, pero todavìa siente una especie de cruda.
-Quièn fue el Uno?- se pregunta. A veces ni lo sabe. -Lo que pasa es que el Uno cambiò-quiere creer. -Es lo malo de andar cuando uno no està suficientemente maduro, no màs les salen pelos y ya se creen peludos.-
A la Fulana le parece que el Uno quiso cambiar de àrbol, que negò su especie anterior. Y puede que sì, si hasta a ella le pasò...
La Fulana habìa cambiado tanto tanto y sin darse cuenta, que se habìa convertido en una mujer a medias tintas y a medias medias.
-¿Yo dije eso?- pregunta cuando alguien le recuerda lo anterior.
No es que no lo sepa, es que prefiere no saber. Lo malo es que -No saber es no soltar, pero entonces el salto te asalta por sorpresa y ¡Zàs!-
Dice zàs porque a veces la Fulana se pone vulnerable, quien sabe por què razones y cuando le pasa se pone a jugar con los sonidos de las palabras y curiosea frente al espejo de sus temores.